Voluntariado en familia

Autor/a

País

España

Es una experiencia de

Llevaba tiempo pensando en colaborar con alguna organización, pero compaginar trabajo, pareja, niño, etc, etc... siempre parecía un impedimento para poder hacerlo. Entonces, a través de una compañera, llegó la ocasión de unirlo todo, y colaborar como voluntarios los tres (mi chico, mi hijo y yo), por fin tenía posibilidad de hacer voluntariado en familia. Además íbamos a colaborar en una organización con niñas y niños con edades comprendidas de cero a tres años, con los que mi hijo de seis años también iba a poder aportar su granito de arena y, sobre todo, iba a ver las realidades de otros niños. La organización con la que colaboramos es la Fundación Padre Garralda- Horizonte Abiertos, dentro del proyecto de niños que tienen. El programa está dirigido a niñas y niños hasta los tres años, que viven en las cárceles por que sus madres están cumpliendo condena. Nosotros en concreto estamos con niñas/os que sus madres cumplen condena en el Centro Penitenciario de Aranjuez. Lo que se hace con los niños es pasar el día con ellos, jugar, ir al parque, cosas que a nosotros nos pueden parecer cotidianas pero que ellos por las circunstancias en las que viven no tienen posibilidad de disfrutar a diario. De lo que se trata es de que tengan acceso a una vida normalizada cuando dejen de estar con sus madres en la cárcel, ya que solo se les permite estar hasta los tres añitos. Y allí que nos fuimos el primer día, nerviosos los tres pensando en como serían los niños, si nos aceptarían, si estarían a gusto con nosotros... cada uno con sus preguntas, y las respuestas no tardaron mucho en llegar... Fue supersencillo, muy natural, emotivo, gratificante, adictivo,,, y podría seguir poniendo mil adjetivos mas, las seis horas que estuvimos con ellos pasaron volando y cuando nos dimos cuenta teníamos que despedirnos. Y lo que empezó con un “a ver que tal” se ha convertido en un “mami cuanto queda para que volvamos a ir con los niños/as”. A veces no puedes evitar preguntarte que va a ser de ellos cuando crezcan, pero cuando les ves reír, bailar, abrazarte,… piensas que todo va a irles bien ; ¡tiene que irles bien!

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