Experiencias de Voluntariado


La Primera Vez

Autor/a
Francisco Caraballo Garrido
País
España
Provincia
Sevilla

Es una experiencia de Francisco Caraballo Garrido

Transcurre la mañana de un lunes como cualquier lunes, sin pena ni gloria. Mi estado de animo es muy bajo, estoy apático y aburrido pierdo el tiempo sin hacer nada salvo lamentarme de mi vida y de mi circunstancias. Suena el teléfono de forma insistente, rompiendo el silencio. Contesto, es mi coordinadora de voluntariado, con su cálida voz,como siempre se preocupa de como estoy y se interesa por mí. Mientras me habla con su cálida voz me preparo para anotar en mi agenda, me noto agitado y un ligero nerviosismo porque sé que su llamada puede suponer que la noticia que tanto tiempo había estado esperando por fin llegaba. Mi primera actuación como Voluntario.

Mi sospecha se confirma. Me propone un acompañamiento en hospital a lo que respondo sin dudar con un sí cargado de entusiasmo, según mi coordinadora, estoy preparado para realizar actividades de voluntariado ¡que alegría! Me cita para una entrevista para darme los detalles. Desde ese momento desapareció la apatía, la noticia fue una inyección de ánimo, mi cabeza empezó a imaginar cómo seria mi actuación.

Era un hombre mayor, que sufría hidrocefalia y su única hija necesitaba ayuda.La semana transcurrió muy lenta, esa fue mi sensación, deseaba que llegara el momento de ponerme en marcha. Me había preparado a fondo, cursos y más cursos, para poder desarrollar esa inquietud interior que sentía de ayudar a personas que no han tenido suerte en la vida. Por fin tenía la oportunidad delante de mí. Pensaba estrategias para conseguir empatizar con Manuel. Intentaba recordar todos los consejos que me habían dado en los cursos de voluntariado, incluso volví a releer apuntes que tenía guardados.

Por fin llego el día, debo ir a una habitación de hospital concreta donde estarán Manuel y su hija. Desde que me levante sentía esa especie de nerviosismo. Decidí salir con tiempo para no llegar tarde, como hacía buen tiempo opté por dar un paseo pensando que me ayudaría a calmarme, aunque a cada paso que daba el nerviosismo iba en aumento. Llegué con mucho tiempo de antelación, los nervios no me habían permitido calcular bien el tiempo. Me senté en un banco cerca de la puerta del hospital, para repasar mentalmente mi estrategia de actuación, sin terminar dicha tarea me levanté y me dirigí hacia la habitación de Manuel. El camino hacia la habitación fue de total descontrol por parte de mis nervios, estaba a punto de realizar uno de mis más anhelados deseos “ser voluntario”. Entro en la habitación y pregunto por Manuel, una mujer de mediana edad me saluda presentándose, era la hija de Manuel. Me presentó a su padre, al volverme vi a un señor de edad avanzada, unos 70, sentado en el butacón. Cuando me vi delante de aquel hombre, fue entonces y sólo entonces, cuando me di cuenta de que esto del voluntariado no era una cuestión de estrategias de actuación, sino que debe salir del corazón. Desde ese momento permití a mi corazón actuar con libertad y toda su capacidad de sentir. Saludé a Manuel y comenzamos a hablar. Manuel, tenía muchas ganas de conversar. Había desaparecido la ansiedad y todo aquello que había estado sintiendo días atrás.

Congeniamos muy bien, hubo química positiva por ambas partes y pasamos una tarde muy agradable, donde descubrí a un ser maravilloso que me aportó tranquilidad, y me enseñó sobre el voluntariado más que todos los cursos de formación. Nunca olvidaré mi primera vez como voluntario, en especial las sensaciones que sentí antes y después. Mis ganas de ayudar a los demás aún han crecido mas después de esta primera experiencia, aprendi que: LA MEJOR ESTRATEGIA ES DEJAR Y PERMITIR QUE ACTÚE EL CORAZON.


Comentarios de esta experiencia:

 
 

OPORTUNIDADES

PUBLICIDAD

Con el apoyo de: 

 

Visita hacesfalta.org empleo