Experiencias de Voluntariado


En Octubre de 2014 entré en Hacesfalta.org y tomé una decisión importante en mi vida: Ser voluntaria

Autor/a
manuela rebollo de la rosa
País
España
Provincia
Madrid

Es una experiencia de manuela rebollo de la rosa

Dicen que la vida es como un tren y que todos vamos a terminar en el mismo destino. A veces viajaremos solos y otras acompañados. A nuestro vagón irán subiendo personas compartiendo momentos y experiencias buenas o malas. Para unos su viaje será un simple paseo y para otros será un largo trayecto. Esto último le ocurre a Josefina, nacida en 1914. Sigue sola sentadita en su vagón, esperando su parada pacientemente. Su fiel marido la dejó sola hace ya más de 20 años. Ella dice que la vida es muy bonita pero que no vale la pena vivir la en soledad y hay días que quisiera bajarse del tren ya. En Octubre de 2014 tomé una decisión importante (a la vez que simple) en mi vida: Ser voluntaria. Entré en hacesfalta.org y busqué una asociación que estuviera en mi comunidad y fui a dar con DesarrolloyAsistencia.org Envié una solicitud sin pensarmelo.

Recibí casi de forma inmediata un email donde me convocaban para una reunión de bienvenida a la cual acudieron, para mi sorpresa, muchísimas personas y un porcentaje bastante alto de gente joven. Así que decidí poner una cruz en la casilla: ayuda domiciliaria a personas mayores. A los pocos días me llamaron. Me adjudicaban por mi zona, a una anciana de 100 años, algo sorda y viuda que requería de apoyo domiciliario. Esa era su descripción. Nunca había hecho esto y me sentía como pez fuera del agua. Te cuestionas si vas a encajar con la otra persona o si vas a saber reaccionar como se espera. Aparte la asociación te da cursos de psicología y apoyo continuo para que te sientas arropado. Organizan comidas y eventos y los coordinadores son unos excelentes seres humanos que desempeñan de forma altruista su papel.

Josefina, mi niña, mi ángel, mi abuelita adoptiva, mi bendición… en todo eso se ha convertido esta desconocida de apenas 50 kilos de huesos y enormes ojos azules. Mi guía en este trayecto de mi vida. Cuando se bajará? No lo sé…Mientras tanto voy a disfrutar del viaje con ella. 

A ella le gusta cobijarse en sus recuerdos, y es tan fácil hacerla feliz prestándole atención. Hay días que jugamos al parchís, otros salimos a merendar y casi siempre paseamos. Esto es muy importante para el bienestar de su salud. Deja apoyado su bastón en casa y se agarra a mi brazo acurrucándose como una niña. Yo, con las visitas, también me fui abriendo a ella. omparto con ella mis dudas, mis cositas y así se ha convertido en mi cómplice y mi amiga. La lleno de besos, de abrazos, la acaricio el pelo y procuro llevarle alegrías. Quiero hacerle su vida más bonita. Una tarde a las tres semanas de visitarla y al acompañarme al ascensor, emocionada me dijo:“Estoy muy contenta de haberte conocido, y sabes que? Puedo decir que ya te quiero un poquito”... en ese justo momento te das cuenta de lo gratificante que es la labor social y se te llena el alma de puro AMOR, que es la base existencial de todo ser humano. Aconsejo fervientemente a todas las personas que se abran a los demás. Que salgamos de nuestras burbujas y conectemos con la sociedad. Todos formamos parte de ella, y tarde o temprano, todos llegaremos a la vejez.

Apoyemos a nuestros mayores! Viven en un mundo lleno de tecnología que ellos no comprenden y se sienten más solos que nunca. No has pensado que quizás en un futuro, tú puedas ser ese anciano?

 


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