Mª Luisa Dorado Sanchezq
-14/01/2010
Se supone que somos uno de los pilares de la sociedad, en tanto en cuanto, nuestra función principal es la de garantizar un mínimo digno a las personas con las que trabajamos así como un apoyo a la hora de encontrar soluciones a las distintas necesidades que surgen en el día a día. Sin embargo, el empleo precario en nuestro sector es mayor que en otras profesiones, no solo es el hecho de que estemos malpagados, en especial en la empresa privada: se nos contrata con convenio de como máximo auxiliar administrativo, salarios irrisorios que ni siquiera llegamos a ser mileuristas, jornadas maratonianas y correturnos y guardias de fin de semana, exigencia de titulación oficial y firma de expedientes e informes. A alguien se le ha ocurrido que ningún médico, ingeniero, abogado o arquitecto admitiría las condiciones que nosotros firmamos, porque al final nuestra labor ni es importante, ni valorada y, por supuesto, somos los malos de la película, porque terminamos siendo un enlace entre los Servicios Sociales más o menos públicos, y los usuarios, y con la política actual ni damos un buen servicio porque en él (cada vez más privatizado) suele haber poco personal, malpagado, estresado, y todos los ados que se consideren oportunos, y además por si no fuera suficiente gastamos más de lo adecuado a un servicio que se considera deficitario, con lo que al año siguiente habra recortes de presupuesto, que se convierten en recortes de personal porque es lo más sencillo. A VER SI ALGÚN PODER PÚBLICO SE ENTERA, somos profesionales altamente cualificados que trabajan con personas con, en general, problemas muy graves y que no se acercan a los centro porque sí.
A modo anecdótico, hace no tantos años, empecé a salir con un chico. Al poco tiempo, me presentó a algunos amigos. Cuando me preguntaron a qué me dedicaba y les respondí que era trabajadora social alguien comentó que si éramos las asistentas que íbamos a limpiar las casas de los ancianitos pobres. Creo que nuestra imagen profesional no ha mejorado mucho, si acaso cada vez vamos peor.