Voluntariado con las Misioneras de la Caridad de Teresa de Calcuta
- Autor/a
- Rubén
Es una experiencia de
Rubén
En Calcuta se encuentra la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad, la congregación fundada por la madre Teresa de Calcuta. Su magia es que muchísimos voluntarios de cualquier parte del mundo vienen a participar de su proyecto, ayudarles a atender a los más pobres de entre los pobres. Como dicen las hermanas sólo somos una gota en el océano, pero el océano no sería el mismo sin esa gota. Por ella hay gente que vive mejor o, por lo menos, vive. El único requisito para estar aquí está puesto en un cartel: Give your hand to serve and your heart to love.
Al llegar a Calcuta lo mejor es tomar un taxi prepagado desde el aeropuerto. La oficina se encuentra antes de la salida. Para el alojamiento, Sudder Street es una calle típica para encontrar hoteles. Otra opción es la Baptist Missionary Society, situada en 44 AJC Bose Road. Para el lavado de la ropa, los alojamientos suelen ofrecer un servicio de lavandería: un indio se lleva la ropa y te la devuelve limpia al día siguiente, cobrando unas pocas rupias, una forma de ahorrarse trabajo y ayudar a alguien. El sitio típico de reunión de los voluntarios es el Raj’s Spanish Coffee, un sitio donde siempre se puede encontrar a alguien. Para comer, se pueden utilizar restaurantes locales, donde sirven arroz o rollos baratos. También es posible encontrar cadenas occidentales. Recomendable tener precaución con el agua y con las frutas y verduras.
Mother House, la casa central, se encuentra en 54a AJC Bose Road (Kolkata). Para ir a trabajar como voluntario no es necesario ponerse en contacto con anterioridad, pero hay que registrarse. Este se hace en Shishu Bhavan, una de las casas, situada en 78 AJC Bose Road, los lunes, miércoles y viernes a las 15h. Pero cualquier día después del desayuno en Mother House te hacen un pase provisional. Es necesario presentar el pasaporte.
Las Misioneras son una congregación religiosa. La jornada empieza todos los días a las 6am en Mother House donde hacen una misa, pero no es obligatoria, simplemente ellas invitan a ir. A continuación dan un desayuno de plátano, pan y té, las indicaciones del día, se despide a los voluntarios que se marchan y se reparten los nuevos y cada uno se va a su trabajo.
Relato el trabajo las casas donde estuve. El trabajo es de viernes a miércoles.
Por las mañanas iba a Prem Dan. La casa es como una residencia donde viven ancianos acogidos, hay algunos discapacitados físicos o mentales. Hay gente contratada para trabajar y los voluntarios se acoplan al ritmo de la casa. A primera hora se hace la colada, a mano. El agua sucia de las pilas se aprovecha para baldear y cepillar los patios. Los residentes se encuentran en el patio y se les atiende hasta la hora de darles el té y nuestro descanso, para otro té y unas galletas. A la hora de la comida se les ayuda otra vez, acostarlos, fregar el comedor y termina la mañana.
Por las tardes iba a Daya Dan. Se trata de una casa con niños discapacitados psíquicos, algunos poco afectados y otros más profundos. Cuando llegaba esperaba a que terminaran la oración y me quedaba con ellos. Luego merienda, recoger y fin de la jornada.
Como éstas hay otras casas.Hay un listado con las condiciones o la hermana encargada de los voluntarios te lo cuenta. Hay muchos voluntarios de habla hispana, por lo que el español es un segundo idioma.
Respecto a la comunidad de voluntarios, fueron como una familia multicultural y de todas las edades y, desde el primer momento, me sentí arropado.
Cualquiera que sea el motivo que te mueva, al final todos buscamos el sentirse bien contigo mismo por ayudar. Pero por nuestro egoísmo y el de otros muchos, para sentirse mejor, alguien sale ganando y es suficiente.
Desde luego, me llevé muchísimo más de lo que pudiera dar. Porque cuando alguien que no tiene nada absolutamente te da las gracias, eres feliz con él.
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