Experiencias de Voluntariado


Se puede vivir con menos

Autor/a
Angeles Moreno Montero-Galvache
País
Argentina

Es una experiencia de Angeles Moreno Montero-Galvache

Después de muchos años de inquietudes con respecto a todos aquellos que viven en situación de pobreza y exclusión, decidí inscribirme en una experiencia para el norte de Argentina. Estuvimos un año antes con encuentros y alguna que otra formación sobre aquello que ibamos a conocer, pero unos meses antes mi motivación desaparecía por momentos... mi vida estaba muy bien aquí, rodeada de gente maravillosa, ¿qué pintaba yo en el otro lado del Atlántico?. Pero cuando uno toma una decisión, lo importante es llegar hasta el final. Hemos estado mes y medio en la provincia de Jujuy (Argentina), un grupo de 5 españoles, con el objetivo de conocer otra realidad, otro estilo de vida y sobre todo, compartir la vida. Hemos estado en comunidades "perdidas de la mano del mundo" (Rodio del Valle Delgado): para llegar hasta allí, unos burros y unas mulas venían como regalo del cielo, porque los caminos para llegar eran del grosor de un hilo (nada de camionetas, nada de motos...) tardamos cerca de 8 horas en llegar hasta aquel lindo lugar en el que había unas 20 casas en medio de la montaña y poco más, nada de bares, ni de tiendas, sólo lo que llevabamos con nosotros (que tuvimos que reducir para el buen caminar de los burros). La luz que había era la de las velas que encendíamos, y el agua... menos mal que sólo se iba de vez en cuando. Nada más llegar, nos dieron lo mejor que tenían de lo poco que podían ofecer; sin conocernos de nada, nos hicieron unas camitas y nos daban sus mantas, nos invitaban a comer (y cuando se nos terminó el pan, aparecieron ellos como por sorpresa para ofrecernos algun bollito). Allí hemos comido el pan duro, ¡y qué rico estaba!comíamos lo que teníamos, y al final lo que quedaba, teníamos gas, un water, una cuchara para cada uno (nada de cuchillos y tenedores) la ducha era un cubo por la cabeza, nada de cobertura (el móvil no servia para nada), ni tampoco el dinero (no había donde comprar...), y seguíamos siendo afortunados, porque a ellos les faltaban muchas cosas. LLegamos a nuestras casas y vimos los semáforos, el asfalto, esa ducha en la que te puedes poner debajo y sale agua caliente... y encima le dabamos a un boton y se enciendían las luces, la nevera, y la radio y la tele... tantas cosas que las vemos necesarias en nuestra vida, pero que te mueves un poco, observas y palpas otra realidad y te das cuenta, de que verdaderamente, SE PUEDE VIVIR CON MENOS. Es importante tenerlo presente cada día, para contribuir en lo que podamos para que ellos, algún día, puedan tener luz eléctrica y para que nosotros consumamos menos para poder darles más.

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