"La experiencia de haber convivido con otros voluntarios de países diferentes"
- Autor/a
- pekewitch
Es una experiencia de
pekewitch
Me llamo Carolina y tengo 24 años, mi experiencia como voluntaria empezó de una forma un poco extraña. Hacía dos meses que me había registado en “Paideia” una asociación que trabajaba con programas de voluntariado europeo. La verdad no creía que me fueran a aceptar en ningún proyecto por tener una discapacidad en los brazos, pero yo me registre,.. quizás tendría suerte.
Así fue ¡ un día me llamaron de la asociación preguntándome si podría irme en dos semanas a Irlanda del Norte, el chico que iba a realizar ese voluntariado se había puesto enfermo y necesitaban un substituto con urgencia. Obviamente dije que si.
Tras dos semanas de locura preparando papeleos y maletas estaba en el aeropuerto despidiéndome de mi familia y mis amigos. Iba a estar 12 meses trabajando en Belfast con personas con discapacidad visual.
La despedida fue durísima pues estaba muy unida a mi familia y mis amigos y la idea de pasar tanto tiempo fuera era muy dura, pero no podía desperdiciar una oportunidad tan grande, sabía que nunca más iba a tener esa oportunidad.
El viaje fue horrible, tenía muchísimo miedo a llegar allí y que no me aceptaran por mi discapacidad y me mandaran de vuelta, a no ser capaz de realizar bien el trabajo , incluso tenía miedo a no ser capaz de desenvolverme sola por el aeropuerto con mi maleta de 20 kg.
Pero no fue así, todo fue perfecto, llegue a Irlanda y allí me estaban esperando otros voluntarios y mi supervisora.
Los primeros días de trabajo eran duros, el idioma era súper complicado y era incapaz de entender el ingles-irlandés.
Me mandaron a un curso de inglés y los demás voluntarios me ayudaron muchísimo así ke en pocas semas hablaba ingles sin dificultad.
También echaba muchísimo de menos mi casa, mi familia y mis amigos pero con el paso de las semanas me fui acostumbrando a la nueva casa, la nueva cuidad y mi nueva familia de voluntarios. Ahora tenía dos familias, la española y la irlandesa.
Mi trabajo en campamentos y actividades con adolescentes con discapacidad visual era increíble, por primera vez en mi vida me sentía como los demás y mi discapacidad no me prohibía hacer nada, jugaba con los niños y sus padres los dejaban a mi cargo sin preocuparse, era una mas, una voluntaria mas que realizaba el mismo trabajo que otras.
Íbamos de excursión, hacia trabajos de oficina, iba al zoo con los niños, hacíamos canoa y escalada, etc. Ir a trabajar era gratificante, me sentía cómoda y querida, y cada día aprendía más y mas.
Pero lo mas importante de mi experiencia como voluntaria no ha sido el trabajo que he realizado sino la experiencia de haber convivido con otros voluntarios de países diferentes.
Cuando llegue a Belfast tenia muchísimos estereotipos y me he vuelto con una lección que jamás me habrían enseñado en el colegio o en cualquier otro lugar.
Allí conviviría con voluntarios de Francia, Alemania, Portugal, Italia, Hungria, Austria, Armenia, Turkia,Irlanda etc. Aprendí muchísimo sobre todas sus costumbres y tradiciones, aprendí a aceptar y entender distintas religiones y lo mas importante, gane amistades que jamás olvidaré.
Lee la experiencia completa de Carolina aquí.
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