¿Cómo de activas tienes hoy tus neuronas espejo?

19/08/2016

Mucho se ha hablado de las neuronas espejo, de su capacidad de hacer a las personas vivir como propias las acciones, sensaciones y emociones de los demás. De ponernos en el lugar del otro, de empatia... 

Por el Día Internacional de la Solidaridad, que se celebra cada 31 de agosto, volvemos a esos conceptos para reflexionar: ¿por qué somos solidarios?

Aunque el origen de nuestros gestos solidarios y toda la psicología que hay detrás exigirían una profundidad muy superior a la que podemos abarcar en un post, hemos charlado con Guillermo Fouce, psicólogo, Presidente de la Fundación Psicologia sin fronteras y Profesor de la Universidad Complutense de Madrid, para que, en un día como hoy, comparta con nosotros su visión sobre algunos aspectos relacionados con la solidaridad. 

• ¿Qué se activa en nuestro cerebro cuando algo nos mueve a tener un gesto solidario?

Primero hay que diferenciar: una cosa es la ayuda puntual que una persona presta a otra que lo está pasando mal (que se da cuando nos identificamos con la persona que tenemos delante) y otra cosa es la solidaridad. La solidaridad es algo más estable, que tiene más que ver con una forma de vida... y es ahí donde aparece el voluntariado.

(Busca aquí la actividad de voluntariado que más se ajuste a tu disponibilidad horaria, tus preferencias y tu experiencia)

La explicación nunca es solo biológica. En general, el biológico no es el factor clave para explicar la solidaridad, pesan más otros principios psicológicos, como por ejemplo la empatía, la identificación con el otro, el ponerse en su lugar.

•  ¿Somos solidarios por el bien de los demás o por el nuestro? (¿lo hacemos por los demás pero como consecuencia obtenemos algo postivo a cambio o, aunque no seamos conscientes, estamos buscando el beneficio propio desde el primer impulso de colaborar?)

Parte y parte. Se suele hablar de dos tipos de motivaciones: las autocentradas (desarrollar relaciones, desarrollar habilidades…) y las heterocentradas (centradas más en los otros, como expresión de nuestros valores).

Cada persona es diferente y una misma persona cambia también sus motivaciones a lo largo del tiempo. No te mueve lo mismo al principio, que al final, que en el medio… No hay una motivación única para todos ni una motivación única para una sola persona...

•  ¿La empatía nace o se hace? ¿Viene de serie o se trabaja?

La empatía se educa, se puede reforzar. Depende del entorno, de los estímulos y de con quién nos identifiquemos o no.

•  ¿Por eso unas causas nos llaman más que otras? 

Eso varía en cada uno de nosotros, según lo que aprendimos, lo que se nos reforzó, el momento de la vida en el que nos encontramos o los tipos de voluntariado, por ejemplo.

•  ¿Existe alguna diferencia entre las motivaciones psicológicas que nos conducen a la solidaridad en forma de donación económica y esas que nos empujan a la solidaridad del voluntariado?

Sí, una donación no es solidaridad (entendida según lo que estamos hablando) y una ayuda esporádica tampoco. La solidaridad va más allá, es más estable, como la acción voluntaria.

•  ¿Qué beneficios obtiene una persona tras un acto de solidaridad?

Obtiene más de lo que da y por supuesto esto tiene que ver con diferentes motivaciones: adquirir conocimientos, relacionarse con otros, sentir a cambio satisfacción personal, etc. Conoce aquí otras buenas razones para hacer voluntariado. 

Según la PVE (Plataforma de Voluntariado de España) el 36,1 % de la población española mayor de 14 años colabora de algún modo con las ONG y un 7,9% es voluntaria, una decisión que, para Guillermo, sí es expresión de solidaridad.

Acorde a los datos de población del Instituto Nacional de Estadística a 1 de enero de 2015, 3,1 millones de españoles mayores de 14 años realizan voluntariado en nuestro país.

 ¿Te animas a probarlo? 

Celebra con uno de estos voluntariados el Día Internacional de la Solidaridad.

 [Foto: Freepik] 

Hacesfalta.org Fundación Hazloposible | secciones: Voluntariado

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