Me gusta definirme como lutier, de personas y de organizaciones. Mi pasión son las personas. Apuesto por las emociones. Por el lenguaje. Por la música, que nace “donde fracasa la palabra”. Y en la acción, que produce cambio y facilita que otro mundo es…perdón… ¡está siendo posible! Ayudar a las personas desde el Coaching, desde la mejor gestión de sus emociones, en su entorno profesional, ayudando a las organizaciones a creer en sus personas. Porque la organización no es sino eso, un conjunto de personas que apuestan por algo. Soy optimista, porque siempre tengo un proyecto, y no tengo excusas. Soy creativo, para la felicidad. Soy social, es decir, creo que un mundo de igualdad de oportunidades y en todos los caminos que existen y los que crearemos para lograrlo. Donde hay un deseo hay un camino, reza un dicho Swahili. Y soy práctico, para la realidad que vivimos, hoy, ahora, y que construimos con cada elección. Elijo acompañar a las personas en este proceso extraordinario que es la vida.