CASA surgió del deseo de ayudar a las personas de nuestro entorno que están en situaciones difíciles. Ver las circunstancias que atraviesan y su situación personal ha hecho que, movidos por el afecto, queramos ayudarlas. Este deseo sincero nos ha hecho pasar a la acción y ser solidarios. Actualmente nos encargamos de repartir cenas solidarias en Barcelona, Lleida y Madrid, aproximadamente 320 por cada noche de reparto, aunque nos gustaría ampliar nuestra labor a más poblaciones. En Madrid repartimos unas 150 cenas diarias, de lunes a viernes a las 20.30h; el reparto está ubicado en la plaza Tirso de Molina. Cada cena está compuesta de un plato caliente (que entregamos en envases), un bocadillo (con la intención de que sirva para el desayuno del día siguiente) y una pieza de fruta; además y en función de los recursos del grupo o de las donaciones, añadimos un dulce o batidos o zumo o café con leche o taza de caldo o gazpacho o yogurt, entre otras cosas. ¿Por qué? En estos momentos hay demasiadas personas que duermen en la calle y tienen dificultades para encontrar comida y, a menudo, acaban comiendo mal o pasando hambre. También hay otras muchas que, aunque aparentemente no necesitan ayuda, pues tienen casa y no viven en la calle, están en una situación precaria y pasan por muchas dificultades para cubrir incluso sus necesidades más básicas. Todas esas circunstancias nos conmueven profundamente, por lo que queremos ayudar a esas personas como una madre haría todo lo posible para ayudar a sus hijos. Además, sabemos que en cualquier momento nosotros también podríamos estar en esa misma situación y necesitar la ayuda que hoy podemos dar. Sentir eso nos ha hecho pasar a la acción. Así pues, en CASA, hacemos algo tan simple y básico como cocinar y dar comida a las personas que lo necesitan. Para nosotros es la forma de expresar el afecto que sentimos. Es el medio que nos permite preguntar a estas personas: «¿En qué te podemos ayudar?». Nuestra manera de hacer, de corazón, todo lo que podemos para aliviar su situación. Somos conscientes, también, de que esta actividad nos ayuda a desarrollarnos y crecer. Queremos fomentar los valores humanos, todo aquello que nos une por encima de nuestra situación personal, el estatus social, las creencias religiosas o el origen de cada uno. Así pues, CASA no somos un grupo político, religioso o que responda a alguna ideología específica.