La Fundación Agustín Alegre nace con una manera diferente de entender lo que es una fundación. Una organización sin ánimo de lucro, sí, pero que tiende a sostenerse económicamente con sus propios medios, como una empresa social, con su propio trabajo, a base de proyectos (sobre todo culturales), la aportación de socios y mecenas, que recibirán, de forma directa o indirecta, una compensación por su participación, y de la puesta en valor de los recursos que posee. Nuestros dos objetivos son claros: Potenciar el arte, con la base de la obra del Maestro figurativo que nos da nombre, y gestionar cultura en todas sus manifestaciones de forma que genere recursos. Unos recursos que se destinarán a crear un mejor sistema de atención a los grandes dependientes y a sus familiares, más cercano, más humano, con profesionales altamente preparados y adaptado a las necesidades de cada persona y su entorno.