“…La pobreza puede tener muchas caras. La riqueza puede tener muchos matices. No tener agua corriente ni electricidad no necesariamente implica tristeza, al igual que sí tenerlos no necesariamente implica alegría. Ciertos recursos materiales proporcionan la fortuna de tener más oportunidades, pero no siempre implican saber aprovechar esas oportunidades.
La riqueza también podría contarse el día de nuestra muerte como el número de sonrisas que hemos disfrutado a lo largo de nuestra vida. En nuestro mundo parece que se ha decidido por medir la riqueza como el número de millones que dejamos en el banco al morir o como el número de posesiones del que podemos presumir.
Quizá sea menos práctico — pensó Mario — o puede que sólo sea un modo romántico de verlo, pero si me dieran a elegir, preferiría sin duda medirla con sonrisas.”

Fragmento de Miradas de ébano publicada en 2011 por Chiado Editorial.