Voluntariado en Mali en el proyecto de alfabetización ABECE
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- CC ONG Ayuda al Desarrollo
Es una experiencia de
CC ONG Ayuda al Desarrollo
Soy Marta, y desde muy pequeña he convivido con las experiencias de mis padres en la África subsahariana. La riqueza cultural, su gente y sus paisajes siempre me habían parecido fascinantes, pero no ha sido hasta este verano que he podido tener una primera toma de contacto con este país.
Gracias a mi compañera Laia Dosta (voluntaria de CCONG ya por tercer año) sentí que por fin había llegado el momento de aventurarme en este viaje. Aún con dudas, contacte con Rafael de CCONG y su seguridad se transmitió en mi en cosa de minutos.
Desde la llegada a Mali a la casa de los Samoura me sentí acogida y arropada, conocí a mis compañeros voluntarios Enrique y Daniel con los que conviviría mis quince días de voluntariado.
Proyecto ABECE
Según nuestras capacidades y las de los profesores nativos nos repartimos en las dos escuelas que participan en este proyecto. En mi caso impartía todas mis clases en Titibougou, compartiendo clase por las mañanas con Meg haciendo alfabetización en francés al grupo de pequeños y por las tardes con Enrique cuando dábamos español y con Daniel cuando dábamos inglés.
Por la mañana empezamos dando las vocales puesto que en una misma clase había alumnos que no habían podido ir nunca a escuela, por edad o por economía, y otros que quizás llevaban tres años estudiando. Después separaba a los más pequeños del grupo en el que trabajamos para insistir con los conocimientos básicos, con dibujos y juegos, y así aprovechar al máximo la oportunidad que tenían de aprender. Al final de las clases, podíamos disfrutar de los niños cantando, bailando y sobretodo riendo.
Por las tardes dábamos tres días inglés y dos español en el grupo de mayores. Eran chicos y chicas muy entregados a aprender, les encanta demostrar todo lo que sabían y también a ayudarnos en todo lo que pudieran para así hacernos las cosas más fáciles. Aun que no dejan de ser adolescentes a los que les gusta jugar y ser respondones, se veía la ilusión y las ganas de crecer y aprender en sus caras.
Con la ayuda de CCONG Ayuda al Desarrollo, Laia Dosta juntamente con Marina Palmés (voluntaria también en el año anterior) arrancó un proyecto en Barcelona para poder reformar el centro médico de Sala, un poblado de Bamako. Laia se encargó junto con Vieux Sangare, de adquirir el material y poner en marcha a todos los trabajadores, con rapidez y eficacia pues querían dejarlo todo terminado durante ese mes.
Mis vivencias
La atención de la familia fue en todo momento excepcional, incluso la segunda vez que enferme la “mama” de la familia me puso una inyección que supuso mi mejora repentina.
De las pocas cosas que me preocupaban, puesto que siempre he tenido muchos problemas con la alimentación, eran la hora de la comida, pero su alimentación se basa en el arroz, a veces con pescado, con carne de pollo o con verduras, siempre con una salsa distinta, así que no tuve excesivos problemas más allá de los días en los que mi salud me pedía otro tipo de comida.
Finalmente me gustaría anotar que creo que es importante que todos antes de aventurarnos en una experiencia así, si queremos disfrutarla con todos los sentidos, seamos conscientes de cuál es nuestra situación actual, nos paremos a pensar en nosotros mismos y en los que nos rodea, en que podemos encontrar, que esperamos o buscamos y que ofrecemos. Es un viaje de un peso emocional muy grande y aunque soy de las que creo que nunca estamos preparados de verdad, si encontramos el mejor momento personal para estos viajes lo disfrutaremos con creces.
Realmente el ritmo de África es otro. No puedes ni debes intentar cambiar nada, solo poner tu grano de arena y dejarte fluir y disfrutar de todas las personas que conoces, que te abren las puertas de sus casas y te ofrecen todo lo que tienen desde el corazón.
Al final de vuelta te llevas sonrisas y el recuerdo de personas que desde el preciso momento en el que los ves, formarán parte de ti.
Marta Marín
Conoce todas las ofertas de CCONG Ayuda al Desarrollo, la organización con la que viajó Marta, en este enlace.
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