El voluntariado en las organizaciones de base comunitaria u otras ONGs: Una propuesta para su gestión
- Autor/a
- Percy Fernández Dávila
- País
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España
- Provincia
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Barcelona
Es una experiencia de
Percy Fernández Dávila
El tercer sector es el conjunto de entidades (asociaciones, organizaciones, fundaciones, etc.) que no siendo ni públicas, ni teniendo ánimo de lucro, se ocupan de realizar proyectos de acción o participación social, o defender intereses de colectivos de cualquier tipo (asociaciones culturales, deportivas, de consumidores, de ocio, protectoras de animales, medioambientalistas, etc.). Ello mediante el recurso de profesionales, técnico/as y/o voluntario/as. Existen muchas maneras de hacer voluntariado, tantas como necesidades existen en una comunidad o sociedad.
El voluntariado es la prestación personal, desinteresada, gratuita, consciente y voluntaria de una persona en beneficio de su entorno o comunidad, de otras personas más necesitadas o de asociaciones sin ánimo de lucro. Es en esencia una actividad libre que puede estar guiada por sentimientos de altruismo, solidaridad, responsabilidad política y social que no admite ataduras. La mayor parte del trabajo voluntario se realiza en el marco de organizaciones, que pueden ser privadas o públicas, o asociaciones que surgen por propia iniciativa de lo/as voluntario/as. Se pueden usar diversos términos o conceptos para referirse al voluntariado: activismo, ayuda informal o participación de la comunidad (Ramírez-Valles et al., 2014).
LAS ORGANIZACIONES QUE NECESITAN DE VOLUNTARIO/AS
Las organizaciones sin ánimo o fines de lucro, suelen ser organizaciones no-gubernamentales (ONGs) o de base comunitaria. En el caso de las organizaciones de base comunitaria (OBC), para que sean reconocidas como tales (es decir, legitimadas), deben (Fernández-Dávila, 2021):
Promover el involucramiento y participación de los miembros de la comunidad a través de diversas acciones de promoción para alcanzar y atraer a la mayor diversidad de la población (así se puede decir que la OBC representa al conjunto de la comunidad).
Los miembros de la comunidad deben ser efectivamente involucrados o consultados en las propuestas de líneas de acción y en la toma de decisiones. Las acciones que se lleven a cabo deben reflejar esta consideración (la gran mayoría de los miembros debe reconocerse en la decisión y en su ejecución). Esto implica ser transparente y utilizar todos los canales de comunicación posibles para que la información completa llegue a todo/as.
Por estos aspectos, la dirección de una organización de base comunitaria implica gestionar de una manera apropiada (y, a veces, delicada) el voluntariado.
La participación de lo/as voluntario/as en las organizaciones reviste una gran importancia. Eso/as voluntario/as ayudan a cumplir mejor las tareas de la organización y a mejorar la calidad de los servicios, permiten llegar mejor a los beneficiarios y permiten optimizar los recursos financieros. Lo/as voluntario/as por su parte deben sentirse partícipes y alcanzar la satisfacción de sus objetivos de participación y compromiso social (ICD, 2004).
Sin embargo, en general, existe una frágil relación entre lo/as voluntario/as y las organizaciones que lo/as acogen, donde no se establecen deberes y obligaciones claras de una y otra parte. Se observa que, aunque la participación voluntaria en las organizaciones es importante, todavía no se han establecido en la mayoría de los casos políticas institucionales en cuanto a la convocatoria, a la inserción de lo/as voluntario/as en la institución y en la toma de decisiones, a la firma de acuerdos previos, ni en cuanto a los requisitos o la formación/capacitación ajustado al perfil de lo/as voluntario/as (ICD, 2004).
GESTIÓN DEL VOLUNTARIADO
Con el objetivo de impulsar y mantener el espíritu del voluntariado (generar cohesión) en una organización en la que se beneficien ambas partes, a continuación, planteo una serie de aspectos a implementar con el propósito de: fortalecer o mejorar la relación voluntariado-organización, mantener el buen funcionamiento de la entidad, evitar que el/la voluntario/a se sienta “usado” o “explotado” y que el “ciclo de vida” de un/a voluntario/a en una organización sea el más largo posible.
Crear un área del voluntariado cuya gestión, si es posible, esté a cargo exclusivamente de un/a técnico/a.
Establecer estrategias (p.e. outreach, acercarse a donde está la población diana), además de los canales clásicos (p.e., lanzamiento por redes sociales de una invitación a participar de un curso de voluntario/as para ser parte de algún servicio de la organización) que permitan atraer a personas que puedan llegar a interesarse por involucrarse en la organización.
Al momento de la aceptación de voluntario/as se debe:
- Firmar un acuerdo donde ambas partes acepten funciones y tareas, el cual debe de incluir el tiempo de dedicación (p.e., atender el servicio, al menos, una vez por semana, por dos horas). Al tratarse de un involucramiento serio y/o formal, este documento puede ser la referencia para demandar un cumplimiento mutuo.
- Generar un registro (con consentimiento informado) que además de datos básicos o generales (edad, motivación, habilidades, servicio/comisión, tareas/actividades, etc.) se incluya información de oficio o profesión, que permita derivar o solicitarle un servicio ya sea desde la propia asociación, de otro/as voluntario/as o de usuario/as. Sería como una forma de devolverle la labor prestada a la entidad.
Para mantener al voluntariado y reforzar su permanencia, debemos saber por qué vienen y por qué se van:
En apariencia, la motivación principal para hacerse voluntario/a suele ser el altruismo y/o disposición de tiempo libre. Esto puede ser real en algunos casos, pero en muchos otros, vienen a buscar “algo” (p.e., sentido de pertenencia, soporte social, ampliar redes sociales, etc.). Si atendiéramos la necesidad por la que una persona se hace voluntaria, reforzaríamos su interés, involucramiento y participación.
Cuando un/a voluntario/a comunica que se va, algún miembro de la junta directiva de la organización lo/la debe de llamar para agradecerle su involucramiento y preguntarle los motivos de su marcha. Además de servir como feedback, hacer esto sería un gesto de consideración e interés por una persona que ha entregado su tiempo y dedicación.
El trato a lo/as voluntario/as debe ser también individual (por lo menos una vez al año, lo/as técnico/as, la gerencia o la junta directiva deben acercarse y mostrarse interesados por su situación de vida o bienestar, además, así también, se podría detectar algún recurso/habilidad que tuviera y se pueda canalizar).
Evaluación de servicios/comisiones. Además de lo que lo/as representantes de los diferentes servicios/comisiones puedan informar, se debe de crear un mecanismo que permita recoger directamente y de forma periódica la opinión de lo/s voluntario/as de esos servicios/comisiones por algún miembro de la junta, así se permitiría triangular datos y verificar que, efectivamente, la voz de lo/as voluntario/as es escuchada.
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