Experiencias de Voluntariado


From Pamplona to Arua, you are very welcome

Autor/a
Sonia Felipe Larios
País
Uganda

Es una experiencia de Sonia Felipe Larios

Señora
MI EXPERIENCIA CON LAS MUJERES DE NACWOLA ARUA, UGANDA - ¿Recuerdas aquel proyecto del que te hablé, en Uganda? - ¿El de las mujeres con SIDA? Sí, claro que me acuerdo. - Nacwola, se llama, en Arua. Pues he contactado con ellos, y están encantados con que vaya allí unas semanas para conocer lo que hacen. - ¡En serio! ¿Y te han dicho si puede ir alguien más? - Pues no sé, voy a preguntar. Yo les he dicho que voy por mi cuenta, no como viaje de trabajo, y me pagaré mi propio alojamiento y todo. Así que no creo que haya problema en que vaya alguien más. - Avísame en cuanto te enteres, por favor. Me encantaría ir. Imagínate, África… Finalmente podía ir alguien más. Desde su oficina de Medicus Mundi Navarra, mi amigo Nacho preparó la ruta y las actividades con Nacwola (Nacional Community of Women Living with HIV/AIDS) en Arua, organización local a la que apoya MMN. Su amigo David y yo nos unimos gustosamente al itinerario. “¿A qué vas para allá?” Me preguntaban mis padres y amigos. “¿Vas a hacer voluntariado o turismo?” “Bueno, un poco de todo”, contestaba yo. “Voy a conocer algo de Uganda y a ver paisajes espectaculares, voy a compartir las actividades de la organización con las mujeres y sus hijos. Y voy, sobre todo, a molestar lo menos posible”. El domingo 12 de agosto, Nacho, David y yo nos encontramos en Barajas y, tras varias horas de avión, alguna película y un trasbordo en Ámsterdam, llegamos a Kampala. “Estamos en África”, coreamos los tres emocionados. Fuera del aeropuerto nos esperaba el padre Alfred Tulu, quien colabora con la administración del proyecto que MMN desarrolla con Nacwola Arua. Un personaje excepcional, sin duda, que se encargó de buscarnos alojamiento en Arua en un albergue para jóvenes cristianos. “Es barato, limpio y tranquilo. Yo creo que es perfecto”, nos dijo. Tras varios días por Kampala y de turismo por las fuentes del Nilo y el parque nacional de Murchinson Falls, llegamos a Arua, al noroeste del país, muy próximo a la frontera con Congo. Allí, en la oficina de Nacwola Arua, a tres kilómetros de la ciudad, nos esperaba una recepción muy especial con la que no contábamos y que nos hizo saltar en lágrimas de pura emoción. Adornadas con sus faldas de colores, hechas para la ocasión, y con ramas en el pelo, un grupo de mujeres cantaba y daba palmas a nuestra llegada al ritmo de unos tambores. Un cartel nos daba la bienvenida: “From Pamplona to Arua, you are very welcome”, en alusión a Medicus Mundi Navarra, de quienes nos habíamos convertido en embajadores. Tras las lágrimas vinieron los saludos, los bailes y más canciones. En las próximas dos semanas, compartiríamos con estas mujeres y con sus hijos algunas de las actividades que promueve Nacwola: visitas a hogares, encuentros en la oficina, reuniones de grupos, talleres de manualidades y costura, actividades de sensibilización, visitas a hospitales y centros de salud, programas de radio, juegos con los chavales… E, incluso, una cena española, con tortillas de patata incluidas, preparada por nosotros para algunos miembros y trabajadores de Nacwola Arua. “Mzungu (hombre blanco) preparando comida para los africanos. Eso no lo había visto yo nunca”, comentaba atónico un empleado de Nacwola. Las mujeres observaban con curiosidad cómo mezclábamos los ingredientes para el pisto y hacíamos el arroz con el pollo junto, o cómo yo daba la vuelta a la tortilla sin quemarme. Y reían viéndonos cocinar con carbón, agachados en el suelo y con cuidado de que el viento no apagara o avivara en exceso el fuego. El resultado fue más que aceptable, y treinta bocas disfrutaron de una comida diferente, saliendo por un día de su rutina de arroz blanco con o sin judías, ensalada de repollo y tomate, pescado salado y carne, frita o en salsa, de pollo, ternera seca o cabra. Plantos rebosantes desde los que cogíamos la comida directamente con las manos. “El tenedor africano”, bromeaba Alfred. Nacwola Arua es una organización formada por y para mujeres con VIH o SIDA en el distrito de Arua, al noroeste del país, muy cerca de la frontera con el Congo. Nacwola (Comunidad Nacional de Mujeres con VIH/SIDA) se creó a nivel nacional en 1992 con el objetivo de ayudar a las mujeres afectadas por esta enfermedad y sus familias, que además del propio virus sufrían el rechazo de sus familiares y amigos y la vergüenza de sentirse culpables por haberlo contagiado a sus maridos e hijos. Con sede central en Kampala, Nacwola tiene oficinas en 23 distritos del país y recibe apoyo de la cooperación exterior. Cuenta con más de 40.000 miembros en todo el país, 200 de los cuales corresponden al distrito de Arua. EL DURO PASADO DE LA REGION DEL WEST NILE Arua se ubica en la región del West Nile, la más maltratada de la historia ugandesa, primero por la colonización británica, que estableció un sistema dual en el que el sur del país, con suelos más fértiles y mejor organización agrícola, se desarrolló a costa de la mano de obra barata y empobrecida procedente del West Nile. La introducción tardía de cultivos en el norte, principalmente tabaco y algodón, llegó cuando en otras partes del país existía el comercio, infraestructuras y un sistema de impuestos. Más tarde, el West Nile sufrió la cruenta guerra que desde 1979, tras la caída del fanático matarife Idi Amin, nacido en Koboko, asoló la zona hasta 1986. Los excesos de Amin y los privilegios que durante su mandato disfrutaron los ciudadanos de la región, especialmente los del distrito de Arua y más aún los miembros de su tribu, Kakua, los pagarían con creces en los años posteriores. La vida se paralizó durante la guerra, donde cientos de miles de personas murieron o desaparecieron y casi la totalidad de la población del distrito de Arua se refugió en Sudan y el Congo o se unió, de forma forzada o no, a la lucha guerrillera. Finalmente, en 1986 Yoweri Museveni, al frente del Nacional Resistance Movement (NRM), se impuso sobre el resto de fuerzas enfrentadas y formó gobierno, en el que se mantiene en la actualidad. Enfrascados en conversaciones de paz desde hace años, los rebeldes del LRA (Ejército de Resistencia del Señor), refugiados en las fronteras sudanesa y congoleña, han continuado de forma esporádica sus ataques y amenazas en la zona. Todavía en la actualidad, la región del West Nile marcha a un ritmo distinto del resto del país. El consabido abandono llevó a la exigencia de dos condiciones para que el presidente Museveni contara con el apoyo de los votantes de la zona en las últimas elecciones: tener una carretera que uniera la capital con Gulu (apenas 500 kilómetros que antes se tardaba en recorrer hasta tres días) y electricidad. Más información: Medicus Mundi Navarra Nacwola (Nacional Community of Women Living with HIV/AIDS)

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