Experiencias de Voluntariado


Hace un año...

Autor/a
María Aller de las Heras
País
Honduras

Es una experiencia de María Aller de las Heras

Siempre que he visto esta sección he tenido ganas de escribir mi propia experiencia, y ahora que ha pasado un año, ¡ahí va!

El año pasado estaba estudiando 2º de magisterio (modalidad Ed. Primaria), y era el primero en el que tenía que hacer prácticas en un colegio. Una amiga me comentó que por qué no ir a hacerlas fuera de España, porque total, para hacerlas en un colegio aquí ya teníamos tiempo…

De modo que nos decidimos a pasar un mes fuera de nuestras casas, concretamente en Tegucigalpa, la capital de Honduras.

Partimos un 1 de marzo para allá y sobre todo yo con muchísimos nervios. No era la primera vez que salía de casa para un viaje de estos, pero sí el más lejano.

Nos fuimos con una ONG que se llama Acoes (Asociación, Colaboración y Esfuerzo), que hace proyectos de desarrollo, principalmente de Educación en todo este país.

Estuvimos viviendo en una de las casas de estudiantes que la Organización tiene para los jóvenes sin recursos, las cuáles están administradas por ellos mismos y te acogen de forma que te hacen sentir como uno más.

¿Respecto a las prácticas? Difícil encontrar las palabras para definirlo. Los niños de la escuela (la Santa Clara) nos recibieron con los brazos abiertos; cada uno con una historia más tremenda detrás, era increíble ver cómo no perdían la sonrisa por nada. Caminar por el recreo conllevaba encontrarte con seis abrazos mínimo de alumnos distintos. El colegio se asemejaba en muchos aspectos a cualquiera de España, los niños son de todo tipo y en las aulas te encontrabas al más estudioso/a o al más gamberro/a.

Honduras es uno de los países más pobres de mundo, y la delicuencia está a la orden del día debido a las maras. Por ello, toda ayuda que se pueda aportar en educación y desarrollo, es poca. El padre Patricio, el fundador de la ONG, lleva ya veinte años en este país y es admirable la de proyectos y escuelas que ha levantado.


Otra de las cosas que me gustó ver fue el ver cómo se aprovecha la ayuda de los padrino y madrinas desde España, porque todas sus aportaciones son destinadas a las escuelas, y es maravilloso ver cómo se aprovecha el dinero en estas cosas, en vez de tantas banalidades que a veces gastan las ONG. Aquí ghasta el último céntimo se aprovechaba. Por cierto, el coste de vida allí era baratísimo.


Por eso, pese a todos los contras que pudiese encontrar en el viaje, sopesaron infinitamente más los pros. Es algo que no se entiende al 100% hasta que no se está allí.


Algo que hay que hacer, al menos un vez en la vida. Y seguro que repetirás. :)
 


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