Marruecos, mi primer voluntariado.
- Autor/a
- Marina Díaz
Es una experiencia de
Marina Díaz
La primera vez que viajé sola fuera de Europa y no haya sido con una institución española ha sido este verano.
Estuve en Ouarzazate, al sur de Marruecos desde el 20 al 31 de Agosto de 2012 con la asociación http://www.agci.org.ma/Sobre-nosotros.html la cual se dedica a hacer campamentos de trabajo durante los verano en el que la gente participa voluntariamente con niños o rehabilitando escuelas.
La verdad es que, durante el año 2012 decidí que quería vivir una experiencia nueva e innovadora por hacer algo distinto a mi rutina y no siempre hacer el mismo tipo de viaje. Al haber estudiado Trabajo Social, decidí realizar un viaje que pudiera colaborar y aportar mi granito en este mundo lleno de caos, por lo que, al ser rechazada del programa de verano joven de la JCCM descubrí a través del foro de HACESFALTA esta asociación con la, después de conocer a mi compañera de viaje de ida al lugar, tuve ya más agallas para ir.
La llegada fue algo desastrosa porque en Marrakech nos timaron con el tema de que había Ramadán, era festivo y no había autobuses, cuando sí que había aunque no con compañías buenas, así que finalmente cruzamos Belén, Miriam que llegó a la tarde, y yo, todo el Gran Atlas de Marruecos, unos 200 km de curvas y carreteras desastrosas.
Finalmente llegamos a Ouarzazate y al colegio-residencia en el que estuvimos alojadas. Allí estaban esperándonos casi todos los miembros de la asociación y la voluntaria de Francia, y, al día siguiente llegaron Cristina y Amparo desde Valencia para emprender todos juntos la aventura durante esos 10 días restantes.
Al principio todo fue un poco caótico puesto que no sabíamos muy bien qué hacer con los niños, como entenderlos (ellos no hablan inglés y los pocos saben francés) aunque contábamos con dos chicas voluntarias que nos ayudaban bastante con lo del idioma y sabían manejarlos muy bien.
Para mí ha sido una experiencia inolvidable, por tres razones:
La primera ha sido porque para mí era la primera vez que viajaba fuera de Europa, a un país en el que la cultura, las costumbres y el idioma es totalmente distinto al mío, que aunque hablen muy bien francés y entiendan también muy bien el inglés, no es precisamente lo mío, y más cuando llevo mucho tiempo sin estudiarlo ni practicarlo.
La segunda era el miedo a no encajar con la gente, con el lugar, echar de menos mi sitio y no encontrar la fuerza suficiente para estar allí y vivir esa aventura, pero me equivoqué. Descubrí que soy más valiente de lo que creía, que soy una persona que se amolda a cualquier circunstancia, que le di 0 importancia a los problemas o malentendidos que surgían, viví allí en paz y disfrutando y aprendiendo de todos y cada uno de ellos, desde la francesa de 60 años hasta las dos locas de Ishane y Sara que eran más o menos de mi edad pero muy listas y divertidas.
Y, la tercera y última, porque he visitado, descubierto, conocido y lugares y sitios fantásticos, allí en Ouarzazate, una ciudad muy limpia, con espacios increíbles, con calles para perderse, nada que ver con lo que te puedas encontrar en España por muy variada que sea geográficamente; así como los museos, los Casbah, el fin de semana increíble en el desierto (y no tanto los dromedarios jeje) donde coincidimos con una banda de música que viajaba durante 21 días por todo Marruecos ofreciendo a los niños conciertos gratuitos de música y baile española, así como gargantas y zonas montañosas no tan peligrosas como el Gran Atlas.
Finalmente, dar mis mejores deseos y recuerdos a Belén, Cristina, Amparo, Miriam, Ishane, Said, Mustapha, Sara y Rachid y agradecerles por haber hecho de esa experiencia algo inolvidable e irrepetible, aunque intentaré volver lo antes posible.
Animo a todo el mundo que mire la página web de la asociación, y visiten todo lo que han hecho y las fotos maravillosas e increíbles para ayudarles a entender mucho más lo que he vivido allí.
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