Experiencias de Voluntariado


Pétalos de rosas en medio de un desierto de injusticias (Voluntariado en El Salvador 2011)

Autor/a
aurora.ewb
País
El Salvador

Es una experiencia de aurora.ewb


He tenido muchas experiencias gratificantes a lo largo de mis veintisiete años.Todas y cada una de esas experiencias me hicieron muy feliz en su momento, claro que sí, pero ninguna de ellas tanto como regalar el trabajo que adoro a mi ya segundo país: El Salvador.

Ya lo pensaba antes de llegar allí: -quiero ser voluntaria-. Ya había imaginado más de una vez que yo quería dedicarme a regalar lo que amo, la educación, a quienes más me necesiten…y allá donde me necesiten.

Ahora, recién llegada de mi tan amado Salvador, todavía tengo más claro que sólo seguiré luchando por la educación en España hasta el momento en el que tenga vía libre para poder dedicarme única y exclusivamente a la cooperación internacional en educación; a llevar esta pasión que siento por ella allá donde más sonrisas despierte, -sin importarme que sean desnutridas sonrisas sin dientes -, allá donde más necesario sea educar el pensamiento crítico de un niño al que nunca le van a decir la verdad de las injusticias que sufre…a potenciar una auténtica expresión oral formal basada en defender sus derechos (porque recordemos que los derechos de los niños son suyos y de nadie más y por tanto ningún adulto tiene el derecho de arrebatárselos) y en definitiva, allá donde …a pesar de todo lo que añoran, tú nunca añoras una sonrisa en sus caras.

Eso fue El Salvador, pétalos de rosas en medio de un desierto de injusticias. El país donde he conocido a la gente más humana, pero también a los asesinos más crueles. Pandilleros que nublan la inmensa belleza del país secuestrando la libertad de las personas que lo habitan, haciendo de los parques infantiles horribles cementerios por el silencio que en ellos despierta el miedo al secuestro o al asesinato, madres que en vez de alegrarse -como me contó una compañera de la asociación con la que colaboraba- porque su hijo logró entrar a la universidad, ahora temen que a la salida de ella… cualquier día se lo puedan matar.

¿Por qué después del mar de felicidad que dejaron en mí todos y cada uno de mis alumnos y alumnas tengo que estar cada día preguntándome en España si seguirán vivos hoy, si los habrán secuestrado o si habrán entrado ya a las pandillas? ¿Por qué…encontrándome a más 10.000 km de ellos , tengo que sufrir en silencio el temor a que algún día me los maten, o me los secuestren... a esos que todavía me cuentan casi a diario como van sus vidas, sin saber cuánto tiempo podrán vivirla? ¿Es que acaso el derecho a la protección sólo existe para algunos niños del mundo?

Cuando llegué a mi nuevo colegio en España, propuse a mis alumnos la misma actividad con la que me gusta comenzar el curso escolar y con la que comencé en El Salvador: -Me van a explicar en 2 minutos y de forma oral, cuál sería su mundo ideal-.

¿Cómo puede ser que niños que están a 10.000 km de distancia, que no se han visto en su vida y que posiblemente no se conocerán jamás…coincidan que su mundo ideal sería un mundo sin guerras, sin armas, sin muertes…, un mundo donde todos tengan juguetes y no haya peleas entre unos y otros..?

¿Cómo explicarle a los “jefes del mundo” lo que piden los niños de ese mundo que ellos controlan? Pero claro, …¡qué poco valen las palabras menores de 18 años! ¿verdad “queridos jefes”?

A pesar de la injusticia de la que les hablo, no podría despedir esta carta con la imagen triste de las pandillas que azotan el país, pues aunque crean que El Salvador es suyo, sólo son un punto negro en un folio blanco (como decía uno de mis apreciados directores); son muchos más los buenos que los malos, y por suerte, todas y cada una de las personas de las que allí me he rodeado (alumnos, amigos, compañeros, …), una huella imborrable en mi corazón dejaron.


Always in my heart…
mis queridos alumnos
mis inolvidables amigos
mis admirados compañeros.

Un gran abrazo,
Aurora Bolívar.

Comentarios de esta experiencia:

sandrine alandete serrano -21/04/2012
Aurora, estoy totalmente de acuerdo contigo. El Salvador es un país maravilloso con una gente muy valiente, sencilla y humana. Solo hay "pequeños" puntos negros que no solo aterrorizan a la población sino que crean ese miedo sicologico a no sublevarse. No se si te toco estar en la capital en Septiembre del 2010!!
Tambien comparto tu poesia y tu sentimiento, no hay dia que no me acuerde de su gente, sus pupusas, el bus, el Tunco e infinidad de anecdotas.
Saludos desde Cantabria

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