Objetivo
Una experiencia inexplicable. Tenía pensado hacer un voluntariado desde hace mucho tiempo pero siempre tienes dudas, ¿valdré para ello?, ¿podré adaptarme al estilo de vida?, ¿será fiable? y numerosos etcétera que te inundan la cabeza.
Sin duda mi viaje a Guatemala se ha convertido en la mejor aventura vivida. Llegas con miedos trepándote de pies a cabeza, incertidumbres que te rodean todo el vuelo y primeras horas y sobre todo una idea equivocada del país del que vas a disfrutar en los posteriores días. Tienes tentaciones de decirle al piloto: "¿me llevas de vuelta a casa?".
Pero…
En cuanto llegué ya el taxista me transmitió buen rollo y tu mentalidad cambia al llegar a casa (se convierte completamente en tu casa) y juntarte con otros y otras voluntarias. En ese momento sabes que no te has equivocado. Es increíble cómo puedes llegar a conectar en tan pocos días con diferentes personas y que algun@s se conviertan en amigos y amigas. GRACIAS.
Tampoco hubiera sido igual sin el coordinador, Gerson, él me enseño lo principal de Antigua, además de rutas y vistas espectaculares. Se convierte en tu tutor o en mi caso, en un amigo. Cualquier duda, algo que te guste o te disguste hacer o si te encuentras mal, él te va a ayudar y hacer sentirte que no estás sola. Él me aportó seguridad durante todo el viaje, además de muchas risas y millones de agujetas.
Y luego llegan ellos y ellas, niños y niñas que te ayudan a conocer otra forma de querer más sana. De entender que un abrazo llega cuando se da con cariño y una sonrisa dura horas. Jugar con ell@s o ayudarles a hacer la tarea se convirtió en mi hobbie preferido durante la estancia. Ell@s saben celebrar un gol con tanto entusiasmo como si se tratará del Mundial o estar horas saltando a la comba, les encanta correr y jugar a las cartas, no necesitan más, disfrutan como lo que son, NIÑ@S. No sé qué les ofrecí yo, pero sí sé lo que ell@s me han dado, felicidad, niñez e inocencia. Gracias a mis chicos y chicas del proyecto.
Guatemala es un país maravilloso, lleno de naturaleza, árboles enormes que te envuelven, volcanes que traspasan nubes y unos lagos que respiran tranquilidad. Antigua Guatemala es un empedrado ajedrez. Me encantó andar por esas calles y perderme para volver a encontrarme. Los trayectos en bus, ir al mercado, regatear y tropezarte si no miras bien al suelo se convierte en algo habitual. Además, la amabilidad y educación de los y las guatemaltecas lo hacen más bonito. Es un país lleno de contrastes, unos para bien otros para cambiar, pero sobre todo es un país para CONOCER, DESCUBRIR y VOLVER.
Lo extraño. Les extraño