14/09/2013
Presentamos en dos posts un resumen del documento "El fin del voluntariado corporativo" escrito por Bea Boccalandro
El documento que se presenta en este post es del año 2010, y en Hazloposible lo leímos hace ya un par de años, pero nos ha costado publicar una entrada en este blog por la rotundidad de su título “El fin del voluntariado corporativo”. Esta publicación de Bea Boccalandro, una gran experta en voluntariado corporativo, plantea algunos de los retos que dificultan que el voluntariado empresarial sea realmente estratégico y alcance su máximo potencial.
Bea Boccalandro, junto a estas dificultades, también presenta un nuevo enfoque del voluntariado corporativo o, mejor dicho, del compromiso social de las plantillas con su comunidad, que supera estas barreras.
Por la extensión del artículo original, en este post sólo abordaremos la primera parte, donde se exponen esas limitaciones que impiden que el voluntariado corporativo alcance todo su impacto, y en un próximo post abordaremos el nuevo modelo planteado por Bea Boccalandro como alternativo al voluntariado corporativo.
La autora considera que un programa efectivo de voluntariado corporativo debe caracterizarse por ser más que un conjunto de actividades solidarias, por recurrir a las competencias específicas de la plantilla y por concentrarse en las áreas sociales que recojan las fortalezas de la empresa. ¿Por qué no se suelen cumplir estas condiciones? Básicamente por la tensión entre lo que ella llama el voluntariado verdadero y el voluntariado estratégico, que se detalla en varias perspectivas:
¿Es un debate teórico o realmente suceden estas tensiones en los programas de voluntariado corporativo de las empresas? ¿Y cómo las resuelven? Una encuesta a responsables de programas de voluntariado corporativo de 42 empresas de cuatro países reveló que el 96% encontraron estas tensiones entre el voluntariado verdadero y el voluntariado estratégico. Y el 83% reconoció que gestionaba esta tensión equilibrando las acciones de los dos tipos de voluntariado para evitar molestar a sus grupos de interés. Este equilibrio entre el voluntariado verdadero y el voluntariado estratégico es la mejor opción en el corto plazo, pero no es una solución efectiva a largo plazo. ¿La solución? Veremos la que propone Bea Boccalandro en el próximo post.
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