Plan de Igualdad: qué es y en cómo preparar uno

09/03/2022

Tras el 8M, seguimos hablando de igualdad de género en el ámbito laboral, en relación a esto hoy queremos hablaros de los Planes de Igualdad, por qué es tan necesario que las organizaciones y empresas tengan uno y otros aspectos interesantes sobre este tema. ¡Sigue leyendo!

 ¿De qué hablamos cuando nos referimos a un Plan de Igualdad?

Se trata de un conjunto de medidas para garantizar la igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral. Están definidos en la Ley Orgánica 3/2007 que define los planes de igualdad como “un conjunto ordenado de medidas evaluables [...] tendentes a alcanzar en la empresa la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres y a eliminar la discriminación por razón de sexo”.

Esta ley obligaba a contar con un Plan de Igualdad a las empresas con más de 250 empleados/as. En marzo de 2019 se actualizó mediante el Real Decreto-Ley 6/2019 ampliando la obligatoriedad de tener un Plan de Igualdad a todas las empresas con más de 50 personas.

Pero además de porque se trata de una obligación legal, tener un Plan de Igualdad también es una cuestión de justicia social, de fomento de los Derechos Humanos y de trabajar por la igualdad real entre hombres y mujeres en la sociedad.

Cómo es un Plan de Igualdad

Las medidas que se tomen tienen que involucrar a todas las personas, ser de carácter grupal. Tienen que ser flexibles y acordes a las necesidades y particularidades de cada empresa u organización. Pueden cambiar y/o evolucionar en el tiempo para adaptarse a nuevas situaciones y tienen que ser prácticos, se tienen que ejecutar las medidas que contienen y que no solo queden reflejadas sobre el papel.

Asuntos relacionados con la igualdad del acceso al empleo, clasificación profesional, formación y promoción, conciliación, condiciones salariarles, acoso sexual... son algunos ejemplos de temas en los que se pueden poner en marcha medidas dentro de un Plan de Igualdad.

La elaboración de un Plan de Igualdad lleva su tiempo y dedicación, es un proceso que consta de algunas fases:

1. Creación de una comisión de igualdad paritaria entre representantes de la empresa u organización y los trabajadores/as, que establezca un calendario de reuniones, consiga el compromiso de los órganos de dirección para la implementación del Plan de Igualdad y llegue a los acuerdos necesarios.

2. Diagnóstico. Una fase para recoger información y realizar un análisis de la situación y la realidad de la empresa u organización en torno a las posibles situaciones discriminatorias y proponer acciones o medidas para solucionarlas.

3. Elaborar el Plan de Igualdad con sus objetivos, medidas calendarizadas en el tiempo y evaluables. Asignando también los recursos necesarios para poder llevar a cabo las medidas.

4. Ejecución Hay que inscribir el Plan de Igualdad en los organismos oficiales correspondientes, comunicarlo a nivel interno y externo e ir cumpliendo con las medidas del plan.

5. Seguimiento y control del cumplimiento del Plan de Igualdad.

6. Evaluación y ver si hay aspectos de mejora.

El tiempo que se tarda en implementar un Plan de Igualdad es variable, lo que está claro es que no es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana. En empresas u organizaciones de 50 personas puede demorarse un par de meses, llegando incluso hasta los seis meses en empresas o entidades de 250 personas o más.

Como ya hemos visto en post anteriores, y como demuestran análisis como el recientemente publicado por Fundación Lealtad que señalan una mayor presencia de mujeres en los órganos de decisión del ámbito social, la brecha de género en las ONGs en nuestro país es menor que en otros terrenos como el empresarial, el educativo o el científico, pero la igualdad sigue siendo un objetivo todavía alejado de la realidad. Aunque se van dando cada vez más pasos para conseguir la equidad entre hombres y mujeres, aún queda mucho por hacer y todavía se dan numerosas situaciones de discriminación hacia las mujeres que hay que erradicar. 

Por eso, la implantación de herramientas como de planes de igualdad son necesarios para favorecer un profundo cambio social que nos ayude a seguir avanzando hacía una justicia global que no deje atrás a ninguna. 

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