La escuela, que comenzó sus actividades en 2019, atiende a 320niños de una zona extremadamente deprimida de Uganda. En la escuela reciben también alimentación, muy elemental (pasta de maiz y alubias), que para muchos de ellos es probablemente todo el alimento diario. Hemos puesto en marcha una granja-escuela de gallinas, cuyos huevos complementen su dieta alimenticia, y nuestro siguiente proyecto es un internado de chicos y otro de chicas, para los niños que viven muy lejos, o son huérfanos, y han de recorrer a pie grandes distancias para acudir a la escuela. Previamente hemos hecho pozos y conducciones de agua, porque bebían en charcas insalubres. La escuela es atendida por un grupo de profesores locales, y queremos completar el equipo con voluntarios mejor formados en técnicas pedagógicas, que complementen la labor de los locales, y a la vez ayuden a formarles. Las clases son en inglés, que es el idioma oficial del país, aunque no muchos habitantes lo hablen

La escuela es atendida por un grupo de profesores locales, y queremos completar el equipo con voluntarios mejor formados en técnicas pedagógicas, que complementen la labor de los locales, y a la vez ayuden a formarles. Se requiere una estancia larga, de varios meses, para que pueda surtir efecto su labor. Imprescindible buen dominio de inglés, idioma en el que se desarrollan las clases. Los voluntarios no perciben remuneración, dado que todos los ingresos de la Organización se dirigen directamente a las actividades en Uganda, y nadie tiene sueldo, excepto los profesores nativos. Los gastos de viaje son por cuenta del voluntario, excepto los viajes intermedios, cada 2 o 3 meses, en las estancias largas, que satisface Rafiki. Los gastos de estancia (alojamiento, alimentación), también son por cuenta de Rafiki. Las clases son en inglés, que es el idioma oficial del país, aunque no muchos habitantes lo hablen.. Se requiere, por tanto, un dominio alto del idioma, además de experiencia pedagógica a nivel de estudios primarios.